TÚ, SEÑOR, ERES BONDADOSO

Y SABES PERDONAR;

¡GRANDE ES TU MISERICORDIA
PARA LOS QUE TE INVOCAN!

SALMOS 86:5

Hay momentos en la vida que uno dice ¡no puedo más! En esos
momentos tenemos que ser sinceros y humildes para poder pedir y
recibir ayuda.

No hay nadie más dispuesto que nuestro buen Padre Dios para
socorrernos en los momentos de angustia.

  • El Salmo 121 dice que Dios no duerme ni se adormece.
  • El Salmo 139 dice que Dios conoce todos nuestros problemas.
  • Y en el Salmo 109, el rey David sabiendo que él no se puede salvar a sí mismo, pide ayuda: «Señor, mi Dios, ¡ayúdame!; por tu gran amor, ¡sálvame! ¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú!».

El primer paso para salir de tu situación difícil es pedir ayuda.

Dios tiene la medicina en tu presente. Dios te está buscando y los
momentos difíciles de la vida son citas sublimes con Él donde llega a
rescatarte. Puedes estar deprimido, ansioso o sentirte solo, pero
recuerda tres cosas: Dios existe; Dios te ama; y Dios tiene algo bueno
para ti.

¡Hoy es un buen día para creer y experimentar en la ayuda de nuestro
buen Dios!