Tú me diste autoridad y poder sobre todos los que viven en el mundo, para
dar vida eterna a todos los seguidores que me has dado. Esta vida eterna
la reciben cuando creen en ti y en mí; en ti, porque eres el único Dios
verdadero, y en mí, porque soy el Mesías que tú enviaste al mundo.
Juan 17:2-3 (TLA)


El futuro es impredecible porque no somos nosotros quienes tenemos la
potestad de controlarlo, sino que es Dios, quién nos ha perdonado y tiene una
mejor historia para nosotros.
Dios envió a su hijo Jesús al mundo a morir por cada uno de nosotros. Jesús fue
muerto por nuestros pecados, pero Él también venció la muerte al resucitar al
tercer día de entre los muertos. ¡Hoy su tumba está vacía!
En el marco de este maravilloso plan de Dios, nuestro futuro está asegurado,
tenemos un futuro glorioso, tenernos vida eterna. Una vida eterna asegurada
con Jesús en los cielos al lado de Dios Padre, en donde tú y yo adoraremos de día
y de noche a nuestro Salvador.
Esta salvación es la que Jesús vino a entregar el mundo, pero debemos conocerle
a Él para poder conocer a nuestro Padre Dios. Debemos acercarnos a Él para
poder acercarnos a Dios. Debemos tener comunión con Jesús para poder tener
comunión con Dios.
Jesús vino a este mundo para abrazarte, para perdonarte, para salvarte. Gracias al
plan de salvación, tenemos nueva oportunidad, recibimos el perdón a todos
nuestros pecados. Una salvación por gracia.
Este futuro glorioso está al alcance nuestro. Sólo depende de nosotros, de si
recibimos a Jesús en nuestro corazón para comenzar un nuevo camino, para
empezar a recorrer el camino del Evangelio para conocer a Jesucristo,
enamorarse de Él, enamorarse de su causa y abrirle todo nuestro corazón sin
ninguna restricción.
Cuando un alma pecadora se arrepiente de sus pecados hay gran fiesta en los
cielos. Cuando un pecador comprende el plan de salvación continúa esa fiesta.
Hoy es un buen día para recibir la salvación de Jesús.

Una producción de @RedJovenesW