USTEDES YA HAN MUERTO
AL PECADO, PERO AHORA HAN
VUELTO A VIVIR. ASÍ QUE NO DEJEN
QUE EL PECADO LOS USE PARA
HACER LO MALO. MÁS BIEN,
ENTRÉGUENSE A DIOS, Y HAGAN
LO QUE A ÉL LE AGRADA.
ROMANOS 6:13 (TLA)

La idea de “propósito” es una palabra compleja, una palabra difícil de
definir. Aquella palabra nos hace preguntarnos:

¿De qué forma Dios quiere usarme?
¿Cómo me voy a enterar?
¿Qué se supone que haga hasta entonces?

La Palabra de Dios dice:
“…háganlo todo para la gloria de Dios”

1 Corintios 10:31.

Dios tiene un plan detallado para cada uno de nosotros. Sí, tu propósito
es diferente al propósito de todos los demás. Pero todas esas cosas
existen para un propósito universal, colectivo e intrínseco: darle gloria a
Dios.
¡Dios no está buscando levantar Su ego! Su llamado a glorificarlo
proviene del gran amor que tiene por nosotros. Él sabe que cuando
nosotros nos damos cuenta de Su bondad y le valoramos, recibimos
revelación y comenzamos a entender Su amor por nosotros en un nivel
más intimo. Ese amor lo cambia todo.
Dios nos ama tanto si lo glorificamos como si no, pero Su deseo para
con nosotros es que conozcamos la plenitud de Su amor. ¡Toda la gloria
sea para Dios! Éste es nuestro propósito.